Más que un propósito de año nuevo
Mis propósitos de año nuevo pasaron de ser un largo listado de metas que rara vez cumplía a ser más realistas, este año no hay checkbox solo hay una palabra: autocuidado.
Muchos tenemos la necesidad de empezar cosas nuevas o nuestros propósitos a inicio de año, de mes o los lunes …, es por esto que siempre finalizando o iniciando año tengo la costumbre de hacer un balance del año y pensar que quiero hacer o cumplir el siguiente año.
Antes mis propósitos eran un listado larguísimo que más que una lista de cosas que quería lograr parecía una lista de mercado, mil cosas que lograr sin contemplar el poco tiempo, el cansancio, lo que implica tener enfermedades crónicas, y trabajar. Es por esto que llego la frustración de no poder cumplir con todo.
El año pasado solo tuve un par de propósitos: descansar y hacer ejercicio. El balance de 2024, me lleva a pensar en que el descanso fue mi prioridad, y trate de respetar mis límites pues se que esto es importante para mi salud física y mental.
El ejercicio avanzó más lento, volví a mi rutina de yoga y empece a salir a caminar, poco a poco voy venciendo el sedentarismo que me acompaña, siempre pensando en que así sea poco es mejor que no hacer nada. Sin embargo, sentí que no fue suficiente … mi cabeza racional quisiera hacer ejercicio todos los días, ser constante y no dejarse vencer por el cansancio, el dolor o la pereza.
Es entonces cuando pensé en que este año solo debería tener un propósito, una palabra en la que quiero concentrarme y que abarca muchas actividades que hago y otras que apareceran por el camino: “AUTOCUIDADO”.
Muchas veces el autocuidado se relaciona solo con temas de salud y prevención de enfermedades, sin embargo, para mi es más que estar saludable, es cuidarme y priorizarme física, emocional y mentalmente. Es escuchar a mi cuerpo y respetarlo, incluso en los días difíciles.
Este año y espero que los que vengan, quiero que mi vida esté guiada por esta palabra. Valorare todas las actividades que contribuyan a mi bienestar sin importar.
Si un día no me puedo levantar de la cama porque me duele todo, quedarme en la cama descansando sin preocuparme por otras cosas será un día de autocuidado, un día en que escuche mi cuerpo y le di el descanso y amor que me estaba pidiendo.
Si un día madrugo y logro hacer cualquier tipo de ejercicio, será un día en el que también me cuide. Pero así, sin afanes, sin querer chequear una lista de hábitos o de propósitos.
El autocuidado así, se vuelve el complemento del “escucha a tu cuerpo” que tanto he estado aprendiendo a hacer. Aprender a decir NO, a no sentirme mal por decir que no me siento bien y quiero cancelar un plan, a contar las cucharas de mi día y mi semana (en otro post hablaremos sobre esto), y también a hacer pequeños actos que luchen contra la pereza y el miedo que últimamente me da salir a la calle.
Este es el año y espero que siempre mi vida este marcada por la palabra “Autocuidado”. No como una obligación, sino como un recordatorio de que mi bienestar importa, y que escucharme y cuidarme es sinónimo de amor propio.
Y tu como priorizas tu autocuidado?